(26 Oct. 11) En su edición Dominical el Diario El Comercio revela que el Congresista de Lima Provincias Wilder Ruiz (Gana Perú), finalmente seria desaforado del Legislativo, pero a la vez revela que su probable reemplazante (accesitario) también le habría mentido al Jurado Nacional de Elecciones. Aquí el informe periodístico publicado ayer: Debido a que tiene 28 procesos por delitos desde hurto agravado hasta homicidio. Seis días antes de que jurara el JNE le abrió una investigación por consignar en su declaración jurada de vida que era egresado de Economía de la Universidad José Faustino Sánchez Carrión de Huacho cuando, en realidad, desde 1995 solo habría completado cuatro ciclos, con 52 de los 202 que tiene su plan de estudios y el mísero promedio de 9,8289.
Si Ruiz es desaforado, su accesitaria sería Katia Vanessa Espadín Díaz, de 32 años, quien consiguió 9,664 votos en los últimos comicios generales. Pero no esperemos un gran cambio. Espadín también habría mentido en su hoja de vida y lo habría hecho en el mismo rubro que Ruiz: formación académica.
Según el documento presentado al JNE, Espadín es egresada de Derecho de la Universidad de Oviedo, en España. Carrera que habría completado en tiempo récord, declara haber estudiado de octubre a diciembre del 2000.
El Vicerrectorado de Estudiantes y Empleo de dicha universidad se excusó de dar información a este Diario pues la Ley de Protección de Datos española lo prohíbe. Sin embargo, El Comercio está en condiciones de afirmar que Espadín estudió del 2001 al 2007, pero no es graduada ni egresada ya que le faltó la asignatura de Derecho Internacional Privado, obligatoria en el quinto ciclo de la carrera. Espadín reconoció que hubo un error e incluso dijo que hay otro en el rubro de domicilio, pues figura el distrito de Miraflores cuando vive en Huacho hace 4 años. Espadín respondió: “Yo tengo toda la documentación del caso y se presentará de ser necesaria”. “¿Completó la carrera de Derecho, sí o no?”, le preguntamos tres veces y en todas la accesitaria respondió: “Sí, lo escucho, ¿aló? ¿aló?” Hasta que colgó y apagó el celular.
